La teoría de Piaget afirma que la inteligencia se construye a partir de la actividad motriz de los niños.
¿Qué factores interfieren?
– La audición y el equilibrio: El oído interno está conectado al aparato vestibular y sus canales semicirculares, que nos informan de los cambios de posición que realizamos. Estos canales semicirculares son receptores del ritmo y las vibraciones, por lo que los elementos del lenguaje rítmico también se analizan con la ayuda de este aparato vestibular.
– La sensibilidad y la articulación kinestésicas: que apoyan la percepción auditiva de la articulación; por así decirlo, existe un “control interno de los movimientos del habla” (Kraft 1986)
–El sistema vestibular: contribuye al desarrollo de la comprensión verbal y el lenguaje.
–Diferenciación fonológica, las diversas señales acústicas ayudan a distinguir e identificar los distintos sonidos del habla. Una afectación en esta área puede conllevar a cambios en el significado (confusión fonémica) y, en el futuro, a problemas de ortografía (Kraft 1986).
– El reconocimiento visual: ligado al desarrollo lingüístico porque el lenguaje está relacionado con los aspectos visuales de objetos como el color y la forma. También es importante para la adquisición de la lectura.
Como conclusión, podemos entonces afirmar, que la adquisición del habla está unida estrechamente al desarrollo cognitivo. El lenguaje es un proceso motriz, ya que las experiencias obtenidas a través de las acciones, se convierten en conceptos gracias al lenguaje y las palabras.
Es por todo ello, que en nuestras sesiones hemos incluido actividades motrices para conseguir una intervención logopédica totalmente global, donde cuerpo y lenguaje se complementan.
Soy Irene Martínez, logopeda en el espacio de Avenidas. Llevo desde 2011 trabajando el ámbito educacional y clínica, tanto en el área infantil como en adultos, lo cual ha conseguido que intervenga en todo tipo de patologías en las tres áreas en las que me he especializado: logopédica, psicomotriz y neurológica.